29 abril, 2012
piensa, luego actúa
Me habrán repetido esa frase un millón de veces y les habré dicho ‘es lo
que hago’. Y siempre volvía a equivocarme… Siempre aprendo la lección,
no suelo equivocarme en las mismas cosas, pero tengo un error enorme que
ahora estoy intentando solucionar. Confío demasiado rápido en la gente,
entrego mi confianza sin que los demás me den la suya simplemente por
el hecho de que parece que sí son de confianza. Me he equivocado en eso
tantas veces que creo que es un error propio en vez de ''una
equivocación casual''. Es fácil creer en todo el mundo porque en mi
mente no cabe que la gente pueda ser tan mala, que actué por interés… No
cabe en mi cabeza, pero es así. La gente no vale la pena; es lo que me
ha quedado claro, pero tampoco es tan justo meter en el mismo saco a
todo el mundo. Así que a partir de ahora mediré cada palabra y a quien
se la digo, confiaré en quien valga la pena y me demuestre que sí son de
confianza, esas personas que se la ganen… Creo que es el momento de
cambiar mi forma de ver el mundo.
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